¡Hola a todos! Soy Adri y hoy hablaremos de los métodos de relajación muscular post entrenamiento.
Uno de los “artefactos relajantes” más utilizados en el mundo del running, fitness o ejercicio en sala es el foam roller (este cilindro con pinchitos, o sin ellos, que generalmente duele al hacerlo rodar por debajo nuestro). Otros elementos utilizados para la relajación es la pistola de vibración, las pelotas de Lacrosse (Lacrosse ball) o el estiramiento convencional (activo o pasivo).
Vamos a desglosar un poco en qué consiste cada uno: el foam roller es un cilindro generalmente rígido con relieves prominentes que produce la relajación de la musculatura si lo utilizamos de forma lenta y profunda (apretando, básicamente); por otra parte, si la utilizamos de forma superficial y rápida, nos producirá una activación de la circulación y nos ayudará a preparar la musculatura para el ejercicio que posteriormente realicemos. Diríamos que se trata de un arma de doble filo, ya que puede ayudarnos tanto a activar la musculatura como a relajarla.
Por otra parte, tenemos la pistola de vibración. Es un elemento que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos y que cada vez se utiliza más con el fin de la relajar la musculatura. Nos aporta presión y vibración, que son dos efectos que nos interesan para relajar estructuras musculares pero que aplicado después de una sesión de entrenamiento puede no ser tan beneficioso. Los últimos estudios nos indican que puede provocar más estrés muscular y aumentar el riesgo de daños tisulares. Por lo tanto, es una herramienta muy válida para la relajación muscular pero no lo es tanto justo después del esfuerzo realizado.
Otro elemento es la pelota de Lacrosse. Básicamente es el mismo efecto que el foam roller pero al tratarse de una pelota dura, no deformable, incide de forma puntual en los puntos específicos de dolor. Al igual que la pistola de vibración, se recomienda usarla a las horas de haber realizado el esfuerzo físico.
Y por último tenemos los estiramientos activos (los que hago yo) y los pasivos (los que me ayudan a hacer). Este método es archiconocido por todos nosotros y se basa en el principio de estiramiento de la fibra muscular. Realizado de forma suave y prolongado en el tiempo (alrededor de un minuto por grupo muscular) nos aseguramos que la musculatura que acabamos de utilizar vuelva a su estado de relajación.
Hay que añadir que ninguna de estas opciones nos quitará las agujetas ya que estas son pequeñas lesiones ocasionadas por el ejercicio y en pocas palabras, hay que sufrirlas.
En resumen, tanto el foam roller como el estiramiento activo o pasivo son efectivos nada más acabar el ejercicio y la pelota de Lacrosse o la pistola de vibración para unas horas más tarde de haber realizado la actividad física.
Gracias por leerme, ¡nos vemos en el siguiente post!