Las agujetas son aquellas pequeñas molestias o dolores musculares que se producen cuando realizamos un esfuerzo al que no estamos acostumbrados, o al comenzar el entrenamiento tras un período de descanso o inactividad bastante prolongado. Por lo tanto, podemos confirmar que las sufren tanto personas que no practican deporte asiduamente como deportistas acostumbrados a diversos tipos de esfuerzos.
Las agujetas producen dolor local en aquellos músculos que hemos ejercitado. ¿Y a qué son debidas?
Anteriormente se asociaban a la acumulación de ácido láctico en los músculos utilizados, producido por nuestras células musculares con el ejercicio y que al parar de ejercitarnos, se cristalizaba en el músculo produciendo dicho dolor tan molesto… sin embargo, recientes estudios de investigación han podido corroborar que las agujetas se producen porque al esforzar mucho nuestro cuerpo en el ejercicio, se producen unas microroturas en las células de las fibra de los músculos usados. Se tratan de unas lesiones microscópicas que tienen lugar en las células musculares y que pueden resultar un tanto dolorosas. En este momento es cuando entra en acción la importancia de aquello que ingerimos, pues las fibras musculares captan rápidamente los nutrientes que les aportamos (ventana anabólica) provocando que se vuelvan a fabricar fibras musculares nuevas más grandes y fuertes, ganando por lo tanto masa muscular.
Está claro que aunque se trate de un dolor muscular no muy fuerte, es bastante molesto y podemos evitarlo realizando deporte de manera progresiva, practicar ejercicios suaves y cortos (sobre todo si estamos empezando a realizar deporte). También es una muy buena opción calentar antes del ejercicio que vamos a realizar y estirar al finalizar, para no comenzar a un ritmo fuerte y dejar tiempo a los músculos para que se relajen.
¡Por cierto! Olvídate de esos remedios caseros que te alivian como el agua con azúcar, las agujetas se van con más agujetas.
¡Que ese pequeño dolor te recuerde que tus músculos están creciendo!