Sí, claro que sí. El ejercicio físico ayuda a combatir la depresión hasta el extremo de ser capaces de superarla.
Profundizando más en esta cuestión, existen estudios que se han encargado de examinar la relación entre ejercicio físico y depresión. A través de estos estudios se ha podido confirmar que la práctica regular de actividad física tiene efectos antidepresivos en personas con niveles leves y moderados de depresión. Por otro lado, hemos de reconocer que se desconoce el efecto que el deporte tiene sobre aquel individuo que padece una depresión severa pues se ha llegado a la conclusión de que puede tener una eficacia limitada como parte del tratamiento en estos casos.
Así pues, muchos estudios realizados sobre la relación entre ejercicio físico y ansiedad han podido concluir mostrando que la práctica puntual de ejercicio ayuda a reducir la ansiedad estado (reacción de ansiedad en una situación concreta con un límite de tiempo). Del mismo modo, la práctica de ejercicio de manera regular se ha comprobado que tiene efectos sobre los niveles de ansiedad rasgo (aquella vinculada a factores biológicos y de personalidad).
Es cierto que lo más natural es que una persona deprimida no comience por su propio pie a realizar actividad física y aún más cierto es el hecho de que si un individuo se presenta sin ganas de empezar y la imposición del entrenador es muy elevada esta persona tienda a abandonar la actividad en sus inicios. Por lo tanto, es muy importante adecuar el tipo de ejercicio e intensidad correcta del mismo a cada persona, colaborando de esta forma a que se sientan capaces de alcanzar los límites que se plantean superándose a sí mismos en cada acción. Para ello es esencial comenzar a realizar actividad física guiada mediante la ayuda de un entrenador personal, asesoramiento médico y un seguimiento fisioterapéutico para poder descubrir poco a poco y de forma saludable nuestros límites.
Una vez la persona se encuentre a gusto practicando un tipo de actividad concreto que elija, si éste se adecua a sus horarios y preferencias personales tanto durante la práctica deportiva como tras ella, se liberaran las llamadas endorfinas… ¡culpables del estado de máxima felicidad! Éstas son unas hormonas segregadas por unas glándulas (la hipófisis y el hipotálamo) que se encuentran en muchas partes del cuerpo como pueden ser la médula espinal o el propio cerebro. Las endorfinas se emiten en los momentos de dolor intenso, emoción y cómo no… esfuerzo físico! Su liberación provoca una increíble sensación de placer, relajación y bienestar a quien la sufre.
Y tú, ¿te animas a ser un poco más feliz?