Tras los excesos Navideños, toca volver a la normalidad y muchos buscáis poneros en forma. El problema es que después de tantas comidas, cenas, dulces y copas, lo normal es haber engordado unos 2 ó 3 kilos de media. La idea que nos ronda la cabeza es intentar bajarlo cuanto antes, una medida que no es para nada recomendable.
Como en todo en la vida, es mejor hacer las cosas despacio y poco a poco. Si nuestro objetivo es perder el peso cogido estos días o bien iniciar una dieta, por aquello de que “año nuevo, vida nueva”, lo mejor es empezar poco a poco, siempre combinando dieta y ejercicio.
Al final, las cuentas son claras: necesitamos que nuestro cuerpo ingiera menos calorías de las que gastamos y, de esta forma, empezaremos a quemar las que tenemos en exceso.
Para ello, es importante comenzar una dieta que, sin dejar de lado ningún tipo de alimento, modere la cantidad y asiduidad de cada uno de ellos. En general, respecto a la alimentación algunas recomendaciones básicas serían:
- Estar bien hidratado, es importante tomar, al menos, 8 vasos de agua diarios, aparte del agua que tomemos en las comidas
- Verduras y fruta, a tope: Es importante que el color verde sea el protagonista de nuestra dieta, y que tomemos ensaladas y frutas menos calóricas.
- Es la hora de los integrales: es mejor consumir arroces, pastas y panes integrales por la cantidad de fibra que nos aportan, más saciante y que ayuda a mejorar el tránsito intestinal.
- Reduce las grasas, pero no las obvies: es mejor decantarse por carnes magras como pollo o caballo.
- No saltarse ninguna comida: es importante comer cada cierto tiempo.
Además, es importante el ejercicio, moderado, adaptado a nuestro estilo de vida y condición física, y controlado por un especialista.
Si somos capaces de combinar ambas cosas, lograremos, seguro, conseguir un cuerpo saludable y activo, como algunos de los ejemplos que os ilustro a continuación:
¡Ejercicio y dieta, aliados para un cuerpo saludable!