La mayoría de expertos asegura que un buen desayuno es la comida más importante que hacemos al día porque nos va a permitir tener energía para toda la jornada. Incluso muchos nutricionistas aseguran que debe ser la comida más fuerte de todo el día. Los médicos expertos aconsejan que el desayuno proporcione el 25% de las necesidades nutricionales diarias. Debemos proponernos dedicarle a esta comida, diariamente, al menos 20 minutos y concederle la importancia que se merece, no es conveniente suprimirla, ni sustituirla por una simple bebida caliente.
Y es que el desayuno es la primera ingesta de energía de la jornada. Para que sea nutritiva y equilibrada, los expertos recomiendan que sea variada. Debe contener lácteos, cereales, pan y frutas variadas. Sólo de esta manera supondrá un aporte importante de vitaminas. De esta manera, el cuerpo podrá funcionar bien y nuestro metabolismo se acelerará. Una de las consecuencias de un desayuno completo es que nos mejorará el estado de ánimo, el grado de atención e incluso la capacidad para realizar diferentes trabajos.
Se ha comprobado que cuando el cuerpo se expone a largos periodos de tiempo sin comer, se ve afectado por un déficit de glucosa. Y entonces, el organismo trata de conseguir energía por caminos menos saludables, utilizando grasa. Está demostrado que las personas que no desayunan tienden a ingerir más cantidad de comida rápida. Ambos factores unidos.
No desayunar bien puede generar problemas coronarios, obesidad o colesterol. A largo plazo, pueden presentarse complicaciones más serias, pues hay falta de hierro y vitaminas, lo que ocasiona deficiente circulación del oxígeno y mal funcionamiento general del sistema nervioso. Las estadísticas dicen que aquellos individuos que suprimen el desayuno corren más riesgo de sufrir obesidad.
Según expertos el desayuno influye de manera directa en nuestra actividad intelectual (concentración, atención, ect.), en el estado de ánimo (mantener los niveles de glúcidos en sangre nos hace sentirnos felices y activos) y además repercute negativamente o positivamente en nuestros hábitos alimenticios, en el equilibrio nutricional diario de nuestro organismo y por ende constituye un paso fundamental para la consecución de un estilo de vida saludable.
Sin embargo, el desayuno no es la única comida importante del día. En realidad, lo son todas. Y más aún, es importante hacer, por lo menos, 5 comidas, de forma que repartamos la ingesta de alimentos a lo largo de todo el día de forma equilibrada. Se trata de saciar nuestra hambre sin esperar a tener mucha. Comer pocas cantidades en muchas veces a lo largo del día es lo más adecuado. Y sin duda, lo que más contribuirá a tener una dieta saludable y sentir que tenemos energía para afrontar cada día.