A la hora de comenzar a hacer ejercicio, lo cierto es que surge de la duda de si será mejor ir al gimnasio de toda la vida o contar con un entrenador personal, una tendencia cada vez más presente a nuestro alrededor. Sin duda, cada opción tiene sus pros y contras, así que veamos qué ventajas tiene una opción y otra:
El entrenador personal planifica la rutina de ejercicios en función de las características y condición de cada persona y de los objetivos planteados. Se inicia de forma gradual, de forma que con el paso del tiempo se puedan alcanzar esos objetivos y plantear otros. Con un entrenador personal podremos:
- Avanzar a un ritmo personalizado: solo con un entrenador personal nos permite partir desde un punto concreto y llegar también a otro. Exclusivamente pensado para nosotros con nuestra condición en el momento de inicio del entrenamiento.
- Hacer correctamente cada ejercicio. El entrenador nos corregirá todas las veces que sea preciso y nos indicará qué debemos modificar para que la ejecución del ejercicio sea correcta.
- Lograr objetivos concretos y personalizados. Solo con un entrenador personal podremos lograr esos objetivos planteados y en caso necesario, superarlos y plantear nuevos retos.
- Ser más constantes en la práctica del ejercicio. Practicar ejercicio con un entrenador personal nos obliga más y nos hace no fallar.
- Llegar más rápido a la meta. Habrá momentos en los que avancemos más rápido y otros en los que vayamos más lentos. Con un entrenador personal, el ritmo lo marca nuestro cuerpo y esfuerzo y no el monitor.
- Modificar los objetivos y el plan si en un momento determinado no llegamos. Es posible modificar los objetivos e intentar llegar de otra manera a lo propuesto con el entrenador personal.
Respecto a los inconvenientes, serían principalmente dos:
- El precio suele ser más elevado que el de un gimnasio. Aunque actualmente existe mucha oferta y hay muy buenos entrenadores a precios asequibles.
- La ubicación. Puede ser que la ubicación del centro de entrenamiento no sea la que más nos acople.
El gimnasio, por su parte, cuenta con las siguientes ventajas:
- EL precio. Suelen ser muy económicos, podemos encontrar muchos precios y mucha oferta
- La ubicación. Hay gimnasios por todas partes, es fácil tener uno cerca de casa o del trabajo.
- Podemos cambiar de horario sobre la marcha. En la mayoría de gimnasios, te ofertan clases todo el día, y puedes acudir cuando te venga bien.
En la parte de inconvenientes, destacan:
- Poco adaptado. Lo que ofrecen un gimnasio es para todos igual: aparatos, técnica similar, sin análisis de tu forma física… No hay diferenciación.
- Clases grupales. En ellas, compartes una hora con mucha gente con diferente forma física y el profesor o monitor no puede atenderos de forma individual.
- Es complicado plantear objetivos personales. Por no decir imposible.
En definitiva, cada uno decide, pero lo cierto es que un entrenador personal se adapta mucho mejor a la condición física de cada uno y por lo tanto, se le puede sacar mayor partido.