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¡Hacer ejercicio físico con acompañamiento musical mejora tu rendimiento!

Acompañamiento musical: ¿mejora el rendimiento?

¡Escuchar música mientras se practica deporte afecta en el rendimiento deportivo! ¿pero cómo? La música, además de aportar cualidades motivaciones… ¡aumenta los beneficios ergonómicos, psicológicos y fisiológicos del deportista!

En general las personas que realizan ejercicio aeróbico escuchan música mientras entrenan. Se asocia a una mayor motivación y una menor percepción de la fatiga, es decir, podemos realizar un gran esfuerzo sin sentirnos tan cansados como nos encontraríamos si no tuviéramos música en nuestros oídos. Algunos de los efectos principales que produce la música en el ejercicio aeróbico son:

  • Escuchar música puede retrasar nuestro agotamiento y fatiga mental.
  • La música motivadora eleva nuestro ánimo y nuestras emociones positivas.
  • La percepción del esfuerzo realizado disminuye por lo que podemos ser capaces de realizar actividad física durante más tiempo y de mayor intensidad.
  • El tiempo y ritmo de la música escogida tienen una influencia directa en nuestra frecuencia cardíaca

 

La música también puede ser útil para el deporte anaeróbico aunque no nos afecta del mismo modo que en el ejercicio de resistencia o aeróbico.

El grado de concentración necesario para la práctica de actividades anaeróbicas es mayor y de menor duración que para las actividades aeróbicas, de ahí que nos fatiguemos más en cuanto al sistema nervioso central. Durante la práctica de actividades anaeróbicas escuchar música nos influye del siguiente modo:

  • Escuchar una música que no nos guste puede intervenir beneficiosamente en el ejercicio anaeróbico. Esto es debido a que cuando escuchamos música que no es de nuestro gusto provocando un aumento en el grado de ansiedad. Esto aumenta la presión arterial, la testosterona, oxitocina, vasopresina y aldosterona, lo que se traduce en ¡una activación neuroendocrina del cuerpo!
  • Escuchar música durante el calentamiento aumenta la motivación y puede aumentar el rendimiento.

 

Como conclusión, escuchar música no afecta a todas las personas por igual, así pues lo mejor es evaluar su efecto de manera individual.

Lo que está claro es que el silencio no resulta de mucha utilidad para la práctica deportiva, las propiedades motivacionales de la música y la capacidad que tiene de elevar aspectos positivos del ánimo y disminuir los negativos, así como de reducir el esfuerzo percibido y potenciar nuestra fortaleza mental y física son algunos beneficios que trae combinar música y actividad física.

¡Empezar a utilizar y a pensar en el acompañamiento musical como una herramienta de trabajo y de mejora del rendimiento es nuestro desafío!

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