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La Fascitis Plantar

¡Muy buenas a todos! Soy Dani y hoy venimos a hablar un poquito sobre la fascitis plantar. 

Lo primero que necesitamos saber es qué es y dónde se ubica esta dolencia. La fascitis plantar se produce por la inflamación de la fascia plantar, una banda gruesa de tejido que conecta el talón con los dedos y actúa como soporte del arco del pie. Esta inflamación es una de las causas más comunes de dolor en el pie, especialmente en el talón y puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más frecuente en atletas y personas que pasan mucho tiempo de pie.

¿Cuáles son las causas de la fascitis plantar?

Entre las principales causas destacan:  

Sobrecarga o uso excesivo: Actividades que implican correr, saltar o estar de pie durante largos periodos.  

Calzado inadecuado: Zapatos con poca amortiguación o soporte.  

Alteraciones biomecánicas: Pies planos, arcos muy altos o una marcha incorrecta.  

Factores de riesgo: Sobrepeso, envejecimiento o cambios bruscos en el nivel de actividad física. 

El síntoma principal es un dolor punzante en el talón, que suele ser más intenso por la mañana o después de periodos de inactividad.  

¿Cómo prevenir la fascitis plantar?

  1. Elige el calzado adecuado: Usa zapatos con buena amortiguación, soporte para el arco y suelas antideslizantes.  
  2. Estira y fortalece tus pies: Ejercicios como estiramientos de la fascia plantar, fortalecimiento del arco y rodar una pelota bajo el pie ayudan a prevenir esta lesión. 
  3. Evita cambios bruscos en la actividad física: Incrementa gradualmente la intensidad y duración de tus entrenamientos.  

¿Cómo tratar la fascitis plantar? 

El tratamiento depende de la severidad, pero generalmente se enfoca en aliviar el dolor y reducir la inflamación: 

Reposo y modificación de actividades: Evita actividades que exacerben el dolor.  

Aplicación de frío: Usa compresas frías en la zona durante 15-20 minutos varias veces al día.  

Ejercicios y estiramientos: Estira la fascia plantar y los músculos de la pierna. Un ejercicio útil es el «estiramiento con toalla»: coloca una toalla alrededor del pie y tira suavemente hacia ti.  

Uso de plantillas o soportes ortopédicos: Ayudan a distribuir mejor la presión en el pie.  

Terapias manuales y masajes: Las técnicas de liberación miofascial pueden ser efectivas para reducir la tensión.  

En resumen, la fascitis plantar puede ser muy limitante, pero con medidas preventivas y un tratamiento adecuado, es posible aliviar los síntomas y retomar la actividad diaria sin dolor. Escucha a tu cuerpo y busca la orientación de un fisioterapeuta para personalizar el abordaje. ¡Tus pies te lo agradecerán!  

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