¡Hola, soy Pepi!
Hoy os vengo a hablar sobre la importancia de mantenernos activos y hacer ejercicio físico sobre todo cuando vamos cumpliendo años.
La organización mundial de la salud (OMS), nos dice que la actividad física regular es fundamental para prevenir y ayudar a manejar las cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Así como para reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, disminuir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y potenciar la salud cerebral.
Se aconseja a los adultos de edad avanzada, 65 años o más que añadan actividades destinadas a reforzar el equilibrio y la coordinación, así como el fortalecimiento de los músculos, para ayudar a prevenir las caídas y mejorar la salud.
Esto es simplemente una parte muy pequeña de lo que el ejercicio físico puede ayudarnos. Y ahora que me lees estarás pensando a que viene esto….
Esto viene porque te voy a contar mi experiencia con la práctica de ejercicio físico en personas mayores.
Hace un año se pusieron en contacto con el centro Penalba8, unas mujeres que se habían quedado sin monitor/a, entrenador/a en el centro de jubilados de Patraix.
Jose javier pensó en mí para que fuera yo la persona que me encargara de ello.
Comencé con un grupo de aproximadamente dieciocho personas. Estas personas ya llevaban tiempo haciendo ejercicio físico y formaban un grupo bastante unido. Ellas me contaron sus experiencias con la actividad física y que la mayoría, al empezar la jubilación, querían seguir manteniéndose activas y continuar con su vida social ya que disponían de más tiempo.
Tengo que reconocer que el primer día fue duro, ya que no nos conocíamos y mis propuestas de inicio no tuvieron gran acogida.
Al ser un grupo numeroso era complicado buscar un equilibrio ya que cada una de ellas estaba en un estado físico distinto y partíamos de bases diversas también.
Mi objetivo y plan de trabajo en todo momento es ayudarlas a ganar o mantener la movilidad, y eso lo llevamos a cabo mediante ejercicios de coordinación, equilibrio, fuerza y estiramientos.
Fui adaptando propuestas, acercándome a ellas y buscando la forma en la que pudiéramos trabajar y se sintieran cómodas.
Al ir conociéndonos pude observar lo importante que era para ellas divertirse haciéndolo y no darse cuenta del esfuerzo. Por lo tanto, con esa baza a mi favor fui ganándome su confianza y que ellas accedieran a dar un poco más y salir de su zona de confort.
Los adultos mayores pueden sufrir enfermedades degenerativas, procesos inflamatorios, dolores músculo esqueléticos, disminución y atrofia de la masa muscular, entre otras y permanecer inactivo para evitar el dolor es lo peor.
Es complicado pedir a una persona que se mueva si tiene dolor, pero la inactividad la mayoría de las veces lleva a un estado de apatía y depresión. En Patraix hemos podido comprobar cómo moverse y relacionarse es el mejor antídoto para la depresión y el dolor.
A día de hoy, y tras un año de trabajo dos días por semana de ejercicio con mis mayores, puedo decir que llevo dos grupos de 23 y 18 personas, del primer grupo de inicio hemos crecido todos.
Hemos aprendido que el esfuerzo vale la alegría, que las rodillas duelen menos, que todos tenemos más energía, movilidad, coordinación y fuerza.
Que un día triste hay que salir a la calle y no quedarse en casa porque al final, si nos quedamos en casa nada va a cambiar y si acuden y pasan un buen rato en compañía se van a sentir mejor.
Me siento muy orgullosa de mis mayores y he aprendido mucho de ellos.