“Querido ‘trabajo duro’ solía odiarte pero mi entrenador tenía razón sobre ti, cumples lo que prometes. ¿Hay algo que no puedas hacer?”
Seguramente si eres una de las miles de personas que acuden todos los días al gimnasio habrás practicado, en mayor o menor medida, la famosa «sentadilla». Sin embargo, si eres una de esas personas, que también son miles, que no practicas deporte, no conocerás mucho sobre este gran desconocido que es la «sentadilla».
¿Para qué sirve la sentadilla?
La sentadilla es una de las mejores opciones que tenemos a la hora de ejercitar y fortalecer nuestras piernas. Pero no solamente las piernas, sino que también, mientras la estás ejerciendo, trabajarás toda la parte del glúteo, los ligamentos y tendones de las piernas. Así que como puedes observar, es un ejercicio completo y que se obtienen muchos beneficios. Como solemos decir es uno de esos ejercicios «todo en uno».
A la hora de realizar este ejercicio que describiremos a continuación, debes saber que hay muchos tipos de sentadillas:
- sentadilla completa
- media sentadilla
- sentadilla con rebote
- sentadilla con peso
- sentadilla sin peso
- sentadilla rápida
- sentadilla lenta
Como puedes observar hay diferentes maneras de realizar este ejercicio y cada una de ellas está orientada para un tipo de deporte y un ejercicio concreto. Aquí tenemos que tener presente para qué estamos trabajando las piernas y cuál es el momento de la temporada. Así que si reunimos todos estos acontecimientos te puedo decir que la sentadilla perfecta es la que se adapta a tí y no tú a ella.
¿Cómo se realiza una sentadilla?
A la hora de realizarla debes tener en cuenta 3 aspectos fundamentales:
- Posición
- Peso
- Número de repeticiones
1. Posición:
La posición es fundamental para no lesionarnos y poder realizarla correctamente, ya que sino la trabajas bien puedes llegar a lesionarte. La posición del tronco debe ser vertical, con las piernas abiertas a la altura de los hombros y los brazos elevados hacia adelante a la altura de los hombros. El descanso debe ser vertical, bajando los glúteos hasta la altura de las rodillas, los brazos continúan en la posición inicial. Las puntas de los pies deben estar orientadas levemente hacia afuera y las rodillas tienen que mirar hacia adelante.
2. Peso:
Debemos tener en cuenta el peso que le ponemos, es muy importante y debemos saber que el peso con una barra sobre nuestros hombros puede dañar las cervicales si no lo realizamos correctamente. Poner algún elemento de amortiguación o una toalla en la barra nos será más cómodo su realización. Cuanto más peso pongamos más trabajo tendrán que hacer nuestros músculos así que tienes que saber cuál es el objetivo que buscamos a la hora de incrementar dicho peso. Se suele realizar en momentos de «carga» de la temporada, al principio.
3. Número de repeticiones:
El número de repeticiones va directamente proporcional con el peso que pongamos. A más peso menor número de repeticiones y viceversa. El trabajar poco peso y aumentar las repeticiones te garantiza un mayor control sobre la barra y tener menos posibilidades de lesión.
Así que ahora solo te queda, practiques el deporte que practiques, el realizar este ejercicio cuando tengas tu sesión de gimnasio. Si no sueles ir al gimnasio como complemento de tus sesiones de entrenamientos, también te animamos a que lo practiques en casa, sin nada de peso, con tu propio peso corporal, y verás cómo en pocos días fortaleces las piernas y el glúteo.
Nos vemos en el siguiente post.
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