La vitamina b12, también denominada cobalamina, de trata de una de las vitaminas esenciales que nuestro organismo necesita. Interfiere en la síntesis de la hemoglobina (creación de sangre) y además ayuda en la elaboración de las células, por eso su gran importancia a nivel orgánico. La vitamina b12 es un componente propio del organismo y del metabolismo humano, aunque podemos ingerirla a partir de alimentos de origen animal, ya que el cuerpo del mismo animal ya ha sintetizado la vitamina B12. Esta vitamina se encuentra almacenada principalmente en el hígado humano, y el metabolismo la va utilizando a medida que el organismo lo va necesitando.
La cobalamina tiene importancia en varias de las funciones metabólicas del organismo, incluyendo por ejemplo el metabolismo de las grasas, los hidratos de carbono y la síntesis de proteína. También resulta indispensable como hemos citado anteriormente en la formación de glóbulos rojos, para la regeneración de todos los tejidos y el crecimiento corporal.
Además, la vitamina b12 también es fundamental para el desarrollo del sistema nervioso, ya que mantiene sana la vaina de mielina de las células nerviosas. En lo que respecta a la transformación de ácido grasos en energía, esta vitamina contribuye de manera directa ya que sin ella podemos padecer de fatiga constante y colabora en mantener las reservas de energía en los músculos.
Podemos encontrar esta vitamina en alimentos de origen animal, sobre todo en el hígado de vaca. También en la carne de este animal y en el hígado y carne de pollo. También los quesos son uno alimentos de origen animal que contienen vitamina B12. Una taza de queso cottage (220 gramos aproximadamente), contiene 1,3 microgramos mientras que el queso suizo contiene 0,95 microgramos por cada 30 gramos. Los huevos y los lácteos también son alimentos con una buena cantidad de vitamina B12. Entre los pescados con más vitamina B12 se encuentra el salmón, las sardinas y el atún.
Además, también encontramos alimentos de origen vegetal que contienen esta vitamina como son levadura de cerveza, algas, hogos comestibles, germen de trigo y soja; aptos para el consumo de aquellas personas alérgicas a los alimentos antes citados o vegetarianos.
Su consumo sin excesos provoca una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama, depresión y alzheimer. Además mantiene al individuo activo y… ¡con ganas de realizar actividad física!