Esta entrada va para todos aquellos que se han sentido un poquito tristones durante esta etapa tan peculiar que vivimos, para todos aquellos que han dejado de creer que son capaces de alcanzar lo que tenían en mente antes de la pandemia, para todas aquellas personas que han tenido algún momento de debilidad y casi mandan todo a tomar viento, va para todos los que intentan mantenerse positivos pero a veces se les tuercen las cosas, para todas las personas que saben lo que “tienen que hacer” pero no encuentran el momento ni las ganas… esta entrada es para ti, para una persona que siente y se emociona, que vive, que a veces le cuesta un poquito mantenerse firme pero que no deja de intentarlo.
En primer lugar, ¿sabemos lo que es la motivación?
Existen muchos tipos de motivaciones: las intrínsecas (las que tenemos dentro de nosotros), las extrínsecas (las que dependen de nuestro ambiente o nuestros agentes sociales más cercanos), la motivación entendida como la causa para llegar a conseguir algo… Normalmente relacionamos el término “motivación” con “motivar”, es decir, hacer que una persona sienta interés por algo. Personalmente, he de confesar que me encanta la palabra motivar porque en ella entran en contacto como mínimo dos individuos, se establece una relación de apoyo entre dos personas y eso es maravilloso. Pero, ¿hemos reflexionado alguna vez sobre la relación entre motivación y motivo? Esta me encanta mucho más. Para mí motivarse es encontrar los motivos, es saber por qué hacemos las cosas, es pura motivación intrínseca, depende de nosotros mismos, de nuestro más profundo yo.
Muchas veces tenemos momentos de debilidad como es normal y encontrar los motivos para seguir haciendo lo que creemos que “debemos” hacer es complicado. A continuación te voy a dar cinco estrategias que yo sigo y me hacen mantenerme motivada (tener claros mis motivos) ante esta situación de tanta incertidumbre. Pero primero que nada, ¿tienes claros tus motivos y objetivos…?
- No espero a nada. Si algo me importa de verdad, si me sienta bien, no espero un momento concreto para ponerme a ello. Muchas veces sabemos lo que nos hace bien pero no queremos salir de nuestra zona de confort. Por ejemplo, yo misma soy consciente de que llevar ciertas pautas alimenticias me hacen sentir mejor, tanto anímicamente como físicamente, sin embargo muchas veces espero a corregir ciertos deslices el primer día de la semana, como si el sábado o domingo no contara…¡No pierdas tiempo para invertir en ti!
- Disfruto de las cosas simples. En esta etapa que estamos viviendo es cierto que no podemos llevar a cabo los mismos planes que haríamos con frecuencia un año normal. Sin embargo, saber valorar cosas como tener tu comida favorita esperándote en la mesa, hacer una videollamada con tus amigas, contar con una familia unida o simplemente echarte una siestecita te pueden hacer la persona más feliz del mundo.
- Esquivo lo que no me hace sentirme bien. Suficiente está cayendo ya como para ir complicándonos la vida con situaciones o personas que no nos aportan… ¿Sabes eso de “si no aportas nada, aparta”? Pues eso es lo que estoy haciendo yo. Cada uno recoge aquello que cosecha y considero que una de las misiones en esta vida para todos nosotros debería ser hacer sentir bien a los demás. Si no te lo has planteado nunca, inténtalo, verás como solo recibes cosas buenas.
- Celebro cualquier pequeño logro. Disfruto al máximo de mi estilo de vida saludable pero también te diré una cosa…Yo y solo yo sé cuánto esfuerzo me cuesta mantenerme fiel a este. Por ello, día a día me animo a seguir con ello porque sé que gracias a los hábitos que poco a poco he ido forjando soy muchísimo más feliz aún de lo que parece. Esforzarnos y conseguir las cosas por nosotros mismos nos hace sentirnos orgullosos, ilusionados y capaces y por ello hemos de recordarnos y celebrar día a día que somos unos cracks.
- Reflexiono y me regalo tiempo. Hacer balance del día, de la semana e incluso del mes me hace reconocer mis puntos débiles y mis fortalezas. Me muestra cómo evoluciono día a día en mi objetivo y, si no es así, me llena de energía para volver a la carga. Me encanta hablar conmigo misma, tranquilizarme y ver las cosas desde todas las perspectivas posibles, me gusta tener un ratito para mi, íntimo.
Cree en ti, pese a cualquier circunstancia, porque debes saber que todas las limitaciones que nos creamos son autoimpuestas, atrévete a dar lo mejor de ti.