Ya son las 9 de la noche y no has tomado nada desde ese café a media tarde, se oyen tus tripas quejarse y pedir comida pero claro, has escuchado muchas veces que todo aquello que comas por la noche se te acumulará en forma de grasa… ¡Primera y principal! Todo depende de lo que ingieras, claro que si te comes una pizza o una hamburguesa con patatas puede ser perjudicial y si es diariamente aún más.
Sin embargo, comer 1 o 2 horas antes de irnos a dormir algo ligero como puede ser pescado o carne blanca acompañada de alguna verdura, ello evitará problemas de digestión y tus niveles de azúcar durante la noche serán más estables. Además, con el estómago contento serás capaz de dormir esas tan deseadas 8 horas seguidas sin interrupción gracias a la sensación de saciedad.
Tener tu estómago y cuerpo satisfecho te ayudará a conciliar y mantener el sueño durante toda la noche. Para que el cuerpo llegue a este nivel de estabilidad también es recomendable ingerir aproximadamente 30 minutos antes de irnos a dormir un lácteo bajo en grasa y de rápida absorción, como puede ser un yogurt desnatado ya sea natural o de algún sabor que nos guste en particular… ¡para irnos con una sonrisa a la cama y levantarnos al día siguiente repletos de energía y buen rollo!