Muchas personas piensan que dejando de comer, (saltándose en muchas ocasiones el desayuno, el almuerzo o la merienda normalmente) van a perder peso más rápidamente. En efecto, lo pierden por la escasa cantidad de calorías que ingieren pero en realidad es mayor la cantidad de músculo perdido en comparación a la grasa, el tejido que solemos querer perder.
A la hora de que volvamos a comer con normalidad en el caso de que hayamos dejado de ingerir ciertas comidas diarias, nos encontraremos con el temido efecto rebote donde nuestro cuerpo recuperará todo el peso perdido ( e incluso más). Además el peso recuperado no corresponderá a masa muscular sino que será en su totalidad tejido graso, entonces… ¿de verdad vale la pena mantener un déficit calórico súper bajo para verte más delgad@? ¡Para nada! Lo que más bien conllevará eso es ayudarte a desnutrirte y perder masa muscular, lo cual te hará que tu metabolismo sea más lento y no trabaje como es debido.
Por ello, ¿qué es lo más efectivo para lograr una pérdida de grasa correcta? ¡No exagerar el déficit calórico necesario para perder peso! Debemos restar entre 15-20% de nuestras calorías de mantenimiento para perder grasa progresivamente. ¡Dejar de comer no es una opción adecuada, más bien te puede llegar a dar muchos problemas a largo plazo! Cuidémonos.