El invierno es sinónimo de bajas temperaturas, lluvia y mal tiempo. Y es casi seguro que antes o después nos resfriaremos. Llegado el momento, ¿debemos seguir entrenando esos días de malestar? Correr y hacer ejercicio con la nariz congestionada, con mocos, tos o incluso fiebre, no permite disfrutar del entrenamiento. Con un catarro, las capacidades físicas son menores y forzar nuestro cuerpo será contraproducente.
Como el ejercicio físico estimula el sistema inmunitario, entrenar de forma suave cuando estamos resfriados podría ayudar a un mejor funcionamiento de nuestras defensas frente a los virus que nos están atacando. Pero en función de la localización de los síntomas del resfriado debemos decidir si hacer o no ejercicio. Entrenar moderadamente puede hasta estar indicado para personas con molestias del cuello hacía arriba. Si las molestias las tenemos en pulmones y resto del cuerpo quizás el deporte no es tan conveniente. Pero, y si además de dolor de garganta, estornudos y mocos, tenemos mal cuerpo e incluso fiebre, es aconsejable no entrenar.
Si finalmente habéis decidido entrenar a pesar del resfriado, estos consejos os ayudarán:
- Ir vestido adecuadamente, ni muy abrigado ni de verano: Ni pantalón corto y camiseta de tirantes ni forro polar. Son mejor los tejidos térmicos que te permiten mantener el cuerpo caliente y expulsan el sudor para que la ropa esté seca. La ropa que lleves que sea fácil de quitar y llevar atada para adaptarte a la temperatura.
- Como las cebollas, a capas. Evita llevar una única prenda aislante para mantener el calor, es mejor llevar varias capas para aislar el cuerpo, tanto si vas a salir al exterior como si entrenas en interior.
- Protege la garganta: Es una zona que suele quedar desprotegida, y te permite no respirar el aire helado directamente, y calentarlo previamente.
- Gorro y guantes, imprescindibles al aire libre en invierno. No te olvides de la cabeza y las manos. Por la cabeza se puede llegar a perder hasta el 60% del calor corporal. Tener las manos calientes te ayudará a soportar el frío.
- Calienta mejor que de costumbre. En el exterior no empieces a forzar la máquina al primer minuto, es importante que escuches las señales de tu cuerpo cuando hay un resfriado o gripe, empieza despacito y ve subiendo la intensidad sin llegar a forzarte.
- Estira en caliente. Al terminar has de estirar, pero no se te ocurra hacerlo en la calle o sin abrigarte bien en el gimnasio, lo mejor es ir a la ducha caliente directamente y estirar después con ropa limpia y seca en un lugar abrigado o en casa.
- Hidrátate más que antes. Un resfriado o gripe acelera la deshidratación, es importante aumentar la cantidad de líquidos cuando se está pasando una infección respiratoria.
- Aliméntate bien si entrenas. Si estás con gripe, seguramente tengas poco apetito, es normal pero si vas a hacer deporte necesitas recargar los depósitos de glucógeno con hidratos de carbono.
- Aumenta la dosis de vitaminas A, C y E y los alimentos ricos en antioxidantes como frutas, verduras, frutos secos y carnes rojas.
- Duerme todo lo que puedas. La mejor forma de curar una gripe o resfriado es meterse en la cama y dejar que el cuerpo resuelva el conflicto por sí solo.
Y lo más importante…¡Disfruta a tope del ejercicio!