¡Hola a todos y todas! Hoy abordamos un tema muy importante, ¡llegó la hora de llamar a las cosas por su nombre!
¿Cuántas veces hemos escuchado la palabra “tonificar”?¿Qué es esto? ¿Existen ejercicios o entrenamientos para tonificar?
Para comenzar, sí que hemos de explicar que el concepto de tono muscular es algo real y en el contexto de la fisiología se refiere a la tensión que exhiben los músculos incluso cuando están relajados. Esto puede parecer contradictorio pero, salvo por los momentos en los que estamos profundamente dormidos, nuestro cuerpo nunca está completamente relajado. Si no hubiera nada de tensión en la musculatura no podríamos mantenernos erguidos.
Cuando vemos a alguien que tiene un cuerpo “duro” o musculado, decimos que está “tonificado” y consideramos que debe realizar algunos ejercicios específicos que “tonifican” sus músculos. Sin embargo, no es así como funciona el cuerpo. Ese aspecto que comparten atletas, modelos y fanáticos del gimnasio es el producto de dos factores independientes: la ganancia muscular y la pérdida de grasa.
Para entender un poco la explicación que viene a continuación, hemos de saber que los músculos no cambian de forma como respuesta al ejercicio. Sólo hay dos cosas que pueden hacer: crecer o reducir su tamaño. Y, para que estos músculos se perciban más, el porcentaje de grasa corporal deberá ser reducido.
Si tienes mucho músculo pero mucha grasa también, no lucirás “tonificado”; si tienes poco músculo y poca grasa, tampoco. Por tanto, la única forma de conseguir el aspecto al que suele aludirse con esa palabra es llevar a cabo ambos procesos: ganancia muscular y pérdida de grasa.
Y entonces, vamos a la solución de la ecuaciçon, ¿cómo ganamos músculo? Con entrenamiento de fuerza, una sobrecarga progresiva y consumo adecuado de proteínas. Y ¿cómo perdemos grasa? Consiguiendo tener masa muscular y un ligero déficit calórico (consumir menos de lo que gastamos).
Hay incontables entrenamientos allá afuera que se promueven como “diseñados para tonificar”. ¿Por qué? Hay dos razones muy simples. La primera es que resulta más sencillo decir “tonificar” que explicar todo lo que viste arriba y por otro lado es que a muchas personas (normalmente mujeres) les suele asustar eso de “ganancia muscular”. De inmediato piensan que se podrán demasiado grandes y perderán esa feminidad que lucen. Por lo tanto, “tonificar” es un término de marketing que hace más atractivo el concepto para este público específico. Se creó con el objetivo de atraer a a este sector de la población.
En resumen, “tonificar” en realidad no alude a ningún proceso biológico real. Para conseguir un aspecto atlético y fuerte, como el que tienen aquellas personas que dirías que lucen cuerpos tonificados, se necesitan siempre dos ingredientes: ganancia muscular y pérdida de grasa, no lo olvides. Es la combinación de esos dos factores lo que te lleva hasta ese punto.
¡Ahora ya lo sabes, llamémosle a las cosas por su nombre!