¡Hola mis queridos atletas! De nuevo estoy aquí para intentar aportar un poquito más sobre alguno de los temas que más os preocupa. En este caso, nos vamos a adentrar en cómo ser capaces de volver a los entrenamientos y en general, a un estilo de vida saludable, tras un periodo de desconexión o de cierto descuido.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta para entender un poco cómo vamos a plantear este post es que los seres humanos no somos ni lineales ni estables. En nuestra vida nos suceden acontecimientos que nos llevan a cambiar de hábitos, de horarios, de compañías, de localización, de trabajo y de estilo de vida. Cambiar ciertos hábitos nos genera variaciones en otros muchos, evolucionar nos provoca echar en falta cosas que antes priorizábamos y… ¿quién tiene la culpa de ello? ¡Nadie, olvídate de esta idea!
Cuando una persona sufre un esguince en el pie, lo primero que suele hacer es acoplar su rutina a esta nueva circunstancia. Ajusta su alimentación a su recuperación, considera el transporte que utilizará para acudir al trabajo, saca tiempo para asistir con regularidad a las sesiones de rehabilitación si las precisa… Adapta su estilo de vida, en un momento concreto y temporal, a esa circunstancia. Lo cierto es que un parón de este tipo, dependiendo de la gravedad de la lesión, te permite volver a la rutina de entrenamientos y de estilo de vida activo prácticamente de forma rápida y con garantía ¿pero qué me dices tras un embarazo, tras una intervención o tras un proceso de terapia psicológica que ha requerido este descanso?
En ese caso, aquí te presento algunas orientaciones que, bajo mi punto de vista, te pueden ayudar a volver a tu rutina de entrenamiento de forma segura y beneficiosa.
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- Sé prudente. Si acabas de pasar por un parón de meses o incluso años, sé cauto. Por mucho ejercicio físico que hayas practicado en tu vida, no partes de donde te “dejaste”, el cuerpo tiene memoria pero hay que ayudarlo a recordar. No esperes conseguir cambios en tu apariencia ni en tus marcas de la noche a la mañana, entiende que debes ser paciente y que las grandes mejoras necesitan tiempo.
- Céntrate en crear hábitos. Enamórate de nuevo del proceso, ves poco a poco experimentando que hacer ejercicio te sienta bien y lo necesitas día a día. No hay nada mejor que disfrutar de las sensaciones que la actividad física te brinda, poca gente lo puede explicar ¡lo sienten!
- Evalúate. Llevar un seguimiento de tu proceso de reanudación te ayudará a examinar en detalle tu evolución. Este registro te dejará ver que puedes conseguir tus objetivos pero a la vez te mostrará que se trata de proceso irregular, lleno de motivación y fatiga pero sabes que ese esfuerzo diario merecerá, y mucho, la pena.
- No olvides descansar y nutrirte. En ocasiones, mucha gente que se anima de nuevo a hacer ejercicio, se equivoca al pensar que tiene “reservas” suficientes de energía. Este hecho le lleva a subestimar la importancia del descanso y el cuidado de la alimentación, ya que consideran que deben “quemar” todo lo que les sobra. No intentes compensar, lo único que lograrás de esa forma es frustrarte.
Los resultados llegan con el tiempo así que insisto, lo mejor que puedes hacer es enamorarte del proceso!